viernes, 13 de agosto de 2010

Textos para muestra bicentenario

Jessica Codrington: “Héroe olvidado”.
Por María Emilia Tellería

La obra de Jessica Codrington, “Héroe olvidado”, es una obra de técnica mixta (madera, porcelana, acrílico y fotografía), del año 2010, y que puede ser clasificada dentro de la tendencia denominada Arte Conceptual (movimiento artístico que emerge durante la década del 60, en donde la idea prevalece frente al objeto, llegando muchas veces a prescindir de él).

Héroe y olvidado parecerían ser dos palabras, dos conceptos, que en principio se contradicen entre sí. El héroe es aquel que ha sido destacado por realizar algún acto heroico, un acto de valor, lo cual lo convierte como tal en un ser digno de ser recordado; el olvido, en oposición, es la ausencia de recuerdo. Sin embrago la obra de Jessica Codrington,“Héroe olvidado”, ha logrado reunir ambos conceptos en una sola obra. “Héroe olvidado”, un fondo camuflado, con un cajón de madera, y un casco militar sobre el que se ve la bandera argentina, nos habla posiblemente no solo de aquellos soldados que con motivo de la Guerra de Malvinas murieron como héroes, sino también de todos aquellos otros héroes que, mantenidos y utilizados para “camuflar” los intereses de terceros, mueren día a día en nombre de la patria, quedando bajo el anonimato, y pasando así al olvido.


De lo proscripto a lo prescripto
Por Karina Flores

Sasse

Una obra. Dos cuadros. Cero escapatorias.

Así da origen a la búsqueda intermitente del sentido. El humano responde a su función biológica del bucear en su interioridad hacia aquella redención de su ser, de la lógica que justifique la existencia. He aquí la conformación de un sistema formal que permita redimir la expiación causada por tal trastorno que conlleva no solo el mirar sino el ver la realidad circundante.

Por un lado aquella no-mirada, esos ojos que huyen del contemplador entre sus manos evadiendo todo contacto y renegando el pasado inserto en el recuerdo. ¿La escapatoria? Ausente. No se haya signo visual que demuestre una posible salvación mental. El encierro sofocante de aquella puerta sin salida y la mirada arrolladora vacua de esperanza del cuadro contiguo. El cataclismo social ha trastocado su alma.

Lo presente: la memoria. Lo ausente: el rostro. Trazos que replantean la veracidad del condicional arte figurativo que deja entrever los rasgos de una cara que en su momento fue completa y ahora corrompida; evocada por la memoria y la experiencia que reconstruyen aquello presente pero a la vez ausente.

Invocar el encanto de lo clandestino como liberación emocional y superación espiritual dentro del canvas concebido como campo de batalla que permite entrever el eterno cuestionar de aquel no-lugar corporal.

De lo proscripto a lo prescripto: del destierro al entierro.

El arte conceptual
Por Vanda

Nacido de un paulatino acento en los aspectos significativos y comunicativos, el arte conceptual se instauró desde mediados de la década del 60, cuando algunos artistas sometieron lo visual y algunas veces hasta la existencia misma de un objeto, a las ideas, actitudes y gestos. Así la obra pasó a compartir importancia con sus propios procesos, indagaciones, contextos o mediaciones que actuaron sobre diferentes espacios de la realidad, desplazando los sentidos para dar lugar a la reflexión.

Esa tendencia tuvo varias vertientes, y en la Argentina se instauró desde los años sesenta. Aquí recibió la denominación de conceptualismo ideológico por su significativa carga estético-política.

Patricia Helena Santomé .

S/T.

Instalación.

Objeto: 40x18.

Libro de artista: 8 hojas 28,5x30 c/u

La instalación de Santomé nos lleva de encuentro a un universo femenino y feminista, haciendo un guiño a la obra “Primeros Pasos” (1937), de Antonio Berni. En ella el maestro hace un homenaje a dos mujeres importantes de su vida, su madre y su mítico personaje Ramona, que en algún momento de sus vidas encontraron en una máquina de coser una salida para sus sueños de superación. No fue por nada que Berni en el título hace referencia a la niña, pues esos primeros pasos son hacía una vida mejor que la de la madre.

En sus ocho páginas, el libro de artista trae los diferentes momentos, los distintos pasos, que llevan a la emancipación del objeto, el pequeño maniquí que representa la concretización de una aspiración. La reflexión es inevitable, inexorable, pero está embalada por el goce visual de algo tan poético como el conjunto conformado por la lúdica propuesta de Santomé. No se puede dejar de reflexionar sobre la costurerita que dio el mal paso y aprendió a pensar: ahora ella nos arrastra en un torbellino de recuerdos y sensaciones ligados a la riqueza de significados que encierra el hecho de ser mujer.


Violeta,

Mauricio Klau.

Acrílico sobre tela 80 x 60 cm

Por Juan Dominguez

Este homenaje al pop argentino por parte de Mauricio Klau se encuentra atravesado por la

figura de la mujer, siempre tan presente en su obra. Así el artista nos traslada a los años 60

con esta obra de colores vivos y planos que nos habla del espíritu desenfadado y el deseo de

vivir intensamente que animaba a los artistas de este movimiento.



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